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El glaucoma es un grupo de enfermedades del ojo en las que el nervio óptico se daña conduciendo a una irreversible pérdida de la visión. En la mayoría de los casos, este daño está causado por un incremento en la presión dentro del ojo.
El ojo produce un fluido llamado humor acuoso que es secretado por el cuerpo ciliar en la cámara posterior – un espacio entre el iris y el cristalino. Luego este fluye a través de la pupila hacia la cámara anterior entre el iris y la córnea. Desde aquí, se drena a través de una estructura similar a una esponja localizada en la base del iris llamada la malla trabecular y sale del ojo. En el ojo sano, la tasa de secreción iguala la tasa de drenaje.
En personas con glaucoma, el canal de drenaje está parcial o completamente bloqueado. El fluido se acumula en las cámaras y esto incrementa la presión dentro del ojo. La presión empuja la lente hacia atrás y hace presión en el cuerpo vítreo que a su vez comprime y daña los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas que discurren en la parte posterior del ojo. Estas fibras nerviosas dañadas dan por resultado parches de pérdida de la visión, y si no es tratado, puede conducir a la ceguera total.
Hay dos tipos principales de glaucoma: de ángulo abierto y de ángulo cerrado – o por cierre angular.
El glaucoma de ángulo abierto, o glaucoma crónico, es causado por un bloqueo parcial del canal de drenaje. El ángulo entre la córnea y el iris está “abierto”, lo que significa que la entrada al drenaje está libre, pero el flujo del humor acuoso es algo lento. La presión aumenta gradualmente en el ojo durante un largo periodo de tiempo. Los síntomas aparecen gradualmente, empezando por la pérdida de la visión periférica, y pueden pasar desapercibidos hasta que la visión central se vea afectada. La progresión del glaucoma puede ser detenida con tratamientos médicos, pero parte de la visión que se ha perdido NO puede ser restaurada. Es por esto que es muy importante detectar signos de glaucoma tempranamente con exámenes oftalmológicos periódicos.
El glaucoma de ángulo cerrado, o glaucoma agudo, es causado por un súbito y completo bloqueo del drenaje del humor acuoso. La presión dentro del ojo incrementa rápidamente y puede conducir a una pérdida total de la visión con rapidez. Ciertas características anatómicas del ojo como un estrecho ángulo de drenaje, cámara anterior con poca profundidad, iris delgado y caído, facilitan el desarrollo de glaucoma agudo. Generalmente, esto sucede cuando la pupila está dilatada y el cristalino se atasca en la parte posterior del iris. Esto impide que el humor acuoso fluya a través de la pupila hacia la cámara anterior. La acumulación de fluido en la cámara posterior empuja el iris causando que este se abombe hacia adelante y bloquee el ángulo de drenaje completamente. El glaucoma agudo de ángulo cerrado es una emergencia médica y requiere atención inmediata.