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La próstata es una glándula exocrina del tamaño de una nuez del sistema reproductor masculino. Está localizada justo debajo de la vejiga urinaria donde se envuelve alrededor de la primera parte de la uretra masculina. La glándula prostática produce un fluido lechoso que es expulsado dentro de la uretra para mezclarse con los espermatozoides durante la eyaculación. El fluido sirve como lubricante y nutrimento para los espermatozoides.
La hiperplasia prostática benigna, HPB, también llamada hipertrofia prostática benigna o agrandamiento de la próstata, es una condición en la que el tamaño de la glándula prostática está incrementado. Es considerada “benigna” porque no es un cáncer, y no incrementa el riesgo de cáncer. Sin embargo, cuando se hace suficientemente grande, el tejido prostático puede comprimir la uretra y bloquear el flujo de orina causando una serie de problemas de micción e infección del tracto urinario.
La HPB es muy común en hombres a medida que envejecen: aproximadamente el 50% de los hombres presentan cierto grado de HPB a la edad cercana a los 60 años, donde la mitad de ellos demuestran síntomas clínicos significativos. La HPB es un resultado de los cambios hormonales y es considerada una parte normal del envejecimiento masculino. En el tejido prostático que está envejeciendo, la tasa de proliferación celular inducido por las hormonas masculinas de alguna forma excede la tasa de la muerte celular programada o apoptosis. Esto resulta en un aumento en el número de células y el agrandamiento de la próstata.
Hay dos clases principales de medicamentos para el tratamiento de la HPB:
– bloqueadores alfa: estos fármacos relajan el músculo liso de la próstata y del cuello de la vejiga, aliviando así la obstrucción del flujo de orina.
– inhibidores de la 5-alfa reductasa: estos inhiben la producción local de dihidrotestosterona o DHT- la hormona responsable del agrandamiento de la próstata.
Para aquellos que no responden a la medicación, hay tratamientos mínimamente invasivos disponibles. Estas terapias no quirúrgicas usan calor para causar la muerte celular o necrosis en el tejido prostático. El calor es suministrado en pequeña cantidad y a una zona específica para minimizar el daño no deseado. Diferentes procedimientos difieren principalmente en el tipo de energía utilizada.
La resección transuretral de la próstata es un procedimiento quirúrgico para remover el tejido prostático a través de la uretra. Este procedimiento ha estado disponible durante mucho tiempo y todavía es considerado estándar de oro para el tratamiento de HPB severa. En la actualidad, generalmente se realiza cuando los medicamentos y métodos menos invasivos fallan.